Un suave suspiro escapó de Cesare.
El brazo del Alfa lo rodeó con seguridad por la cintura, mientras sus ojos se enfrentaban en un intenso e íntimo choque.
Los profundos ojos negros del hombre penetraban en los vívidos azules de Cesare, y al inclinar ligeramente la cabeza con un toque de diversión, se rió.
“Bueno… ¿estás bien?”
Preguntó, su voz un murmullo ronco en el oído de Cesare, articulando las palabras en un impecable Balletan.
La voz era extrañamente familiar, pero Cesare no estaba seguro de dónde la había escuchado antes.
BALLETAN…?
Cesare sentía su mente girar a pesar del tumulto.
Este no era un evento exclusivo de Balleta.
La fiesta se llevaba a cabo a bordo de un gran crucero que surcaba el océano abierto, organizado por Zahir al-Tamid, un príncipe árabe obscenamente rico conocido por su opulencia.
El crucero estaba lleno de celebridades de clase mundial y magnates del cine que fueron invitados directamente por el príncipe bajo la apariencia de un "seminario de inversión", pero ¿la verdadera agenda? Pura extravagancia.
Ahora, mientras el baile de máscaras alcanzaba su punto máximo, las identidades estaban deliciosamente oscurecidas.
Sin embargo, este hombre había hablado con Cesare en su lengua materna como si supiera exactamente quién era Cesare.
¿Una mera coincidencia?
A medida que Cesare luchaba con estos pensamientos, el extraño lo acercó aún más.
Cesare intentó resistirse; sin embargo, las palabras que fluían de los labios del hombre lo inmovilizaron.
“... ¿Un Omega? Puedo sentir las feromonas.”
Al escuchar esto, Cesare sintió que su respiración se detenía en su garganta, con su corazón latiendo descontroladamente.
Si el extraño podía detectar el aroma de un Omega, significaba que él era ya sea un Alpha o otro Omega.